sábado, 29 de septiembre de 2012

DISCURSO "PREMIO REGIONAL DE LA JUVENTUD ARICA Y PARINACOTA"


Buenas tardes, creo que me puedo dar hoy el lujo de salir de protocolo, así que partiré como se debe partir siempre, desde la gente y no desde las autoridades. Quiero saludar calurosamente a mi familia, amigos, jóvenes estudiantes, voluntarios, afrodescendientes, de pueblos originarios, lesbianas, gay, transexuales, bisexuales, deportistas, artistas y trabajadores, quiero saludar también a las autoridades presentes por darnos este espacio tan necesario para los jóvenes.

Como comenzar un discurso al recibir un premio que siento que no es mío, esa fue la gran interrogante al comenzar a escribirlo ¿Por qué no es mío? Porque siento que en este momento debieran estar acá esos miles de jóvenes que construyen mediaguas, esos miles de jóvenes que salen a las calles a pedir pacíficamente lo que sueñan, esos cientos que trabajan y estudian, esos que tocan en los paseos peatonales para llevar el pan a sus casas, esos que no ven, esos que no escuchan, esos que no pueden moverse, los que tienen capacidades diferentes, entre ellas la de trabajar con el corazón. Este es el lugar donde debieran estar aquellos que día a día luchan incansablemente por cumplir sus sueños y los de los demás, aquellos hijos del plomo y el arsénico, aquellos hijos de la pobreza, porque a ellos les cuesta más y aún así siguen, quienes debieran estar aquí son aquellos trabajadores sociales anónimos, quienes debieran estar aquí son todos los y las jóvenes.

Cuando partí en la dirigencia nunca me imagine todo lo que se podía lograr poniendo corazón, compromiso y voluntad. Se me vienen mil recuerdos cuando pienso en como comenzó la locura de cambiar corazones, aquel dia cuando raul un niño de un campamento me dijo “gracias, gracias por construir mi casita”, frase que me conmovió, llegue a casa llorando y diciéndole a mi mamá, algo tengo que hacer, no podemos seguir teniendo mas raules, no podemos seguir esperando que los demás hagan algo por él y por su familia, desde ahí comenzó mi trabajo voluntario en un techo para chile. Mi establecimiento nunca tuvo grandes problemas de infraestructura, pero existía un problema social, Muchos jóvenes se sentían vulnerados por sus pares y necesitaban pequeños detalles de infraestructura y de esparcimiento, es ahí donde nace la idea de crear una radio, de poner ventiladores en salas y comedor, de defender a los jóvenes vulnerados, es ahí donde nace la idea de ser centro de alumnos, el mismo año me dieron el máximo honor que tuve; el portar nuestro emblema nacional, la bandera. Para nadie es extraño saber que los jóvenes estamos insertos en bastantes problemáticas sociales, drogadicción, vih, violencia en el pololeo, bullying, entre otras y no me pregunte ¿Por qué? Como muchos, sino me pregunte ¿Qué podemos hacer? Y comenzó el sueño de crear una agrupación de artistas, una agrupación que le diera espacios a los jóvenes con talentos pero también darles las herramientas sociales para que combatieran estas problemáticas e hiciéramos un Arica más prospero para las generaciones venideras.

Hoy recibo este premio suplicando a las autoridades a escuchar a los jóvenes, a no quedarse atrás en este camino de nuevas generaciones, quiero que entiendan de una vez por todas que el mejor recurso que tenemos no es el cobre ni el litio, La mayor riqueza que tenemos somos nosotros, que somos el presente de nuestra región y también somos la mejor esperanza para el futuro.

Quiero agradecer y dedicar este premio a quienes me han enseñado a ser líder, al movimiento estudiantil de nuestra región, que han demostrado que se pueden lograr los objetivos por la via pacifica y no violenta, a mis amigos por acompañarme en mis locuras, Camilo, Johanna, Axell, Judith, Pedro, Juan David, al encuentro de jóvenes en el espíritu, a mi gran orgullo, mis amigos y hermanos de la asociación de artistas jóvenes de Arica, quienes han hecho de este camino un poco menos pedregoso, a las demás organizaciones sociales por acompañar mi labor, a mi familia por estar ahí, mi abuelita sonia, mi papi armando, y como no agradecer a quien ha estado ahí en las buenas y en las malas, siendo siempre el pilar fundamental de esta familia humilde pero llena de sueños y esperanzas, mi madre.

Quiero terminar esta intervención pidiéndole que sueñen y que cumplan sus sueños, aquí hay alguien que pudo cumplirlos, quiero pedirles que sientan este premio como si fuera de cada uno de ustedes por la labor que realizan, quiero que hoy nos unamos como jóvenes y que seamos parte de las soluciones así como lo hemos hecho hasta ahora, a conservar nuestra libertad, y a hacer de este país un país más justo.

LOS JÓVENES SOMOS LA MAYOR RIQUEZA DE NUESTRO PAÍS Y LA MEJOR ESPERANZA PARA EL FUTURO.

atentamente.

Luis Malla Valenzuela.